a cantar mis verdades
al silencio,
para alcanzar el perdón
de las noches en el espejo.
Aprendí a sentir las cosas
desde adentro,
para robarle un gesto de alegría
a la tristeza.
Aprendí a oler la palabra con mis versos,
para llevarme el mágico aliento
de la poesía.
Aprendí a sentir lo que pienso
para hurgar la realidad
como el viento.
Descubrí el abismo y la gloria
la resonancia del espíritu y el eco
Descubrí los cielos del infierno
y los mágicos albores del silencio...
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